Señor mío, luz de mis ojos al amanecer: Nueva mañana que me levanto con la vitalidad necesaria para poder encarar todo lo que me pide el día… pero no podría comenzar estar rutina sino bajo tu permiso, pidiéndote que me ayudes a llegar a buen término al ponerse el sol.
Nueva mañana que me permite comenzar cuando, al empezar a amanecer, me dejo empapar por el beso del rocío que todos los días humedece mi patio ofreciendo un leve frescor a las plantas de mi jardín
y en ello veo tu grandeza, que nos diste de forma tan noble y gentil todos los seres vivos, plantas y animales. Permite Padre mío, que las horas no pasen de por sí, que cada minuto que transcurra sea de buen provecho;
y que así, el tiempo transcurra casi sin darme cuenta, porque mi mente ha estado enfocada en las cosas que he hecho. Permite también Padre mío, que al verme en algún momento en algún aprieto
, pueda yo recordar que sólo se trata de una prueba en la que se mostrará como verdaderamente soy. Que ante la dificultad de las pruebas, pueda yo desplegar todo mi potencial, porque tú me das las armas, las herramientas necesarias para salir adelante en lo que hago,
sea en lo que sea. Y que después, pueda sentirme orgulloso de mis acciones. Por último, he de pedirte que, al llegar las horas donde la luna reemplace al sol y las estrellas a las nubes, pueda mirarte al cielo agradecido, y elevando mis manos y enviándote una sincera plegaria,
pueda mostrarme complacido por todo lo que transcurrió en mis anteriores horas… siempre deseando que al día siguiente las cosas puedan ser mucho mejor, y así seguir demostrando tu grandeza a quienes me ven y rodean. Todo sea de acuerdo a tu voluntad mi Señor… Amén.